Con la nieve aún pegada en su barba y el rostro curtido de vientos polares, el hombre descendió del trineo al auxilio de uno de sus perros que se quejaba con un aullido profundo. Un montículo de nieve ocultó un pozo que le jugó una mala pasada al animal. El hombre se acercó, lo acarició mientras trataba de calmarlo. La pata del perro se torció y el dolor no lo dejaba avanzar. "Es una torcedura" -pensó-, "con un poco de calor y reposo se le pasa, pero hay que llegar al refugio". Sin dudarlo, soltó al animal del trineo y lo alzó en sus brazos. En un solo movimiento lo cargó en la parte delantera del trineo junto a los bolsos y su equipaje. El perro se acomodó como un ovillo entre quejidos y pequeños ladridos. El hombre volvió a acariciarlo, lo cubrió con una lona y volvió a su puesto de mando en el trineo. Miró al cielo, celeste y frío. Orientó el trineo sobre la huella de nieve. Tomo aire y dio la voz de mando: "¡Ambaii!" [gritó]. La travesía comenzaba otra vez.
La escena puede ser un fragmento de "Colmillo Blanco" de Jack London en la Alaska del siglo XIX pero no. El hombre y su trineo viven en las tierras más australes donde habita el hombre. Tierra del Fuego. Ushuaia. Valle Carvajal. El Valle de lobos, como lo conocen. El hombre es el Gato Curuchet. Un autentico musher. Un experto en el arte del sled-dog , conducir trineos tirados por perros en la nieve. Aprendió este arte-destreza hace muchos años en Alaska, cuando decidió que su vida iba a estar ligada a estos animales para siempre. Supo que su destino eran las nieves y los perros desde muy chico. Cuentan las leyendas familiares que Pedro Curuchet, su verdadero nombre, dibujó a los ocho años un paisaje no muy diferente al que hoy es su refugio. Una cabaña, un arroyo cristalino, perros y nieve, mucha nieve.
"Mi mamá dice que ya de chico me gustaban los animales, en especial los perros, pero la verdad es que no me imaginaba la vida que me tocó. Esta vida que me hace feliz", cuenta a LA NACION el Gato mientras camina entre los caniles (las pequeñas cuchas donde viven sus perros) llevando alimento balanceado de primera calidad.
"Cuando tenía veinte años me vine de viaje a la Patagonia, a dedo...y de a poco fui llegando. Mi sueño era tomar un barco que me lleve a Alaska, pero lo perdí...y en vez de volverme al norte a seguir probando suerte, decidí quedarme acá...donde en aquel entonces todo estaba por hacer...y así me quedé en Ushuaia...gracias a ese barco que nunca pude tomar...".
Curuchet nació en Tandil y siempre fue un espíritu inquieto. Ya en sus primeros días en la isla organizaba travesías náuticas, buceo en aguas heladas e incluso armó expediciones para explorar los cerros de la región. Pero el verdadero cambio en su vida se produjo por un regalo que le hizo su mujer: "Karut" su primer perro Husky.
"Ese perro fue el que me inició en todo esto...puro amor hecho perro y allí comprendí que mi verdadera vocación estaba con ellos".
TRINEO A PURA VOZ
Ser musher no es sencillo. El "mushing" ha sido y es una forma de transporte nórdica que tiene como característica usar perros de tiro y esquíes o trineos para deslizarse con mayor velocidad por superficies nevadas. El término proviene del francés y es la orden de voz para iniciar la marcha:"marchés" . Su significado esta asociado a la acción de "adelante" o "marchar". Hoy en día las palabras que se utilizan llegan del ingles como "¡Hike!" o la voz lapona "Ambaii" que significa "vamos!".
El arte de conducir trineos con perros es tan viejo como la humanidad misma. Algunas pinturas nórdicas de vieja data muestran hombres conduciendo trineo con perros, renos y otros animales de tiro. En muchas leyendas de la región la imagen del trineo es parte esencial del relato. Incluso el mítico Papá Noel, en su versión del Norte, viaja por los aires conduciendo un trineo "casi celestial" tirado por unos renos liderados por el famoso Rudolph, aquel "reno-guía" de la nariz roja.
El mushing se define en general como una forma de medio de transporte sobre la nieve sin importar que animal tira del trineo o patín de tierra en algunos casos. Como deporte es practicado en casi todas las latitudes donde hay nevadas importantes pero su desarrollo principal se dio en el Norte de Europa y en Norteamérica. El origen de esta práctica se reconoce en el pueblo lapón que utilizó esta forma de transporte desde tiempos remotos. Alaska es la capital mundial de este deporte (es, incluso, el "deporte estatal") y allí se realiza la carrera mas larga de esta disciplina: Iditarod.
Los perros y el trineo fuera de la competencia fueron y siguen siendo utilizados en tareas domésticas como cargar madera o repartir leche en los pueblos mas alejados de las zonas árticas. Si bien en los últimos años muchos trineos de perros fueron reemplazados por "snowcats" o motos de nieve, en algunos casos las temperaturas extremas y los sitios de difícil acceso solo permiten el ingreso de trineos. Esta realidad convenció a muchos habitantes de zonas mas alejadas a seguir utilizando el sled-dog como medio de transporte mas seguro ante cualquier condición del tiempo.
Martín Jáuregui /LaNación
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