viernes, 29 de julio de 2011

Barrio recuperado

Nadie vio la hermosura de las calles
hasta que pavoroso en clamor
se derrumbó el cielo verdoso
en abatimiento de agua y de sombra.
El temporal fue unánime
y aborrecible a las miradas fue el mundo,
pero cuando un arco bendijo
con los colores del perdón la tarde,
y un olor a tierra mojada
alentó los jardines,
nos echamos a caminar por las calles
como por una recuperada heredad,
y en los cristales hubo generosidades de sol
y en las hojas lucientes
dijo su trémula inmortalidad el estío.
Jorge Luis Borges

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miércoles, 27 de julio de 2011

Barrio reo


Viejo barrio de mi ensueño,
el de ranchitos iguales,
como a vos los vendavales
a mí me azotó el dolor.
Hoy te encuentro envejecido
pero siempre tan risueño,
barrio lindo. .. Y yo qué soy...
Treinta años y mirá,
mirá que viejo estoy...

Mi barrio reo,
mi viejo amor,
oye el gorjeo,
soy tu cantor.
Escucha el ruego
del ruiseñor
que, hoy que está ciego,
canta mejor.
Busqué fortuna
y hallé un crisol;
plata de luna
y oro de sol.
Calor de nido
vengo a buscar...
Estoy rendido
de tanto amar.

Barrio reo, campo abierto
de mis primeras andanzas,
en mi libro de esperanza
sos la página mejor.
Fuiste cuna y serás tumba
de mis líricas tristezas...
Vos le diste a tu cantor
el alma de un zorzal
que se murió de amor.
Música: Roberto Fugazot
Letra: Alfredo Navarrine








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sábado, 23 de julio de 2011




AVENTURA
Suelo detenerme frente algún espejo
porque en el reflejo siempre estás ahí
suelo andar de noche como un vagabundo
naufragando ciego en este mar profundo
de sentirte tanto y no tenerte aquí

Te extraño y me siento solo si no estás conmigo
aunque vas prendido en todos mis sentidos
todos los rincones de mi pensamiento
Te amo, con la vida entera con el alma mía
segundo a segundo te amo día a día
con cada latido de mi sentimiento

Quiero que me entiendas todo lo que digo
quiero que lo escuches en esta canción
todo lo que tengo todo lo que digo
ya no vale nada, no tiene sentido
si no escucho el brillo de tu dulce voz

Te extraño.....

Ojala tu abrazo fuera un cielo eterno
ojalá mi mundo terminara en ti
Gracias a la vida y a Dios que te tengo
y que puedo darte lo mejor de mi

Te extraño ...

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jueves, 21 de julio de 2011

FRASES DE FACUNDO CABRAL - in memoriam

FACUNDO CABRAL
Cada generación tiene su poeta, su filósofo, su referencia
Facundo, sin duda tiene un sitio en la historia y en los corazones de los hombres que están dispuestos a escuchar.
Queda claro que todo el que haya sido tocado por lo voz de este mago de las palabras, alquimista de las ideas, arquitecto del sentido de la vida, habrá cambiado al menos un poquito y entenderá algo más.
Es una paradoja que este mensajero transparente del amor haya terminado sus días a causa de la saña de quien no tiene escrúpulos ni conciencia.
FRASES!!!!
Perdón
Perdona a todos y perdónate a ti mismo, no hay liberación más grande que el perdón; no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza, y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica (agotadora y vana tarea), que te hace juez y cómplice de lo que te disgusta.
Nuestra vida
Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella.
Problemas

El bien y el mal viven dentro tuyo, alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse. Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano.

Presente
No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas, ya son ganancia. Cuida el presente, porque en él vivirás el resto de tu vida.
Ansiedad
Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser, será, y sucederá naturalmente.
Vida
No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que puebla. Distraído de la vida que te rodea: delfines, bosques, mares, montañas, ríos.
Problemas
De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones.
Éxito
Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente.
Felicidad
Decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.
Sufrir
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera.
Ayuda
Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.
Individualidad
Quizá el mayor desafío del ser humano en los albores del tercer milenio sea constatar que no estamos solos, que compartimos universo. Nos encontramos en la más preciosa aventura jamás vivida: la suerte inmensa de reunirnos, festejar, reír y materializar, desde nuestra individualidad, un universo de colaboración entre sus seres, quienes, gobernados desde nuestro universo interior, vivimos el sueño de ser amor universal.
Simple
Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto?
Duelo
No perdiste a nadie, el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.
Bien
Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruya hay millones de caricias que alimenta a la vida.
Verano
Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho. Si digo manzana no es la maravilla innombrable que enamora el verano, si digo árbol apenas me acerco a lo que saben las aves, el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro.
Pueblo
Cuando un pueblo trabaja dios lo respeta. Pero cuando un pueblo canta, dios lo ama.
Tiempo
Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene limites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos.
Amor
Ama hasta convertirte en lo amado, es más, hasta convertirte en el amor.
Madre
De mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo; ahora mismo le puedes decir basta a los hábitos que te destruyen, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida por el camino perdido.
Ahora
Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.
Instante
Vive de instante en instante, porque eso es la vida.
Tierra
No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la tierra.
Salud
En la tranquilidad hay salud, como plenitud, dentro de uno. Perdónate, acéptate, reconócete y ámate. Recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad.
Pasado
Borra el pasado para no repetirlo, para no tratarte como te trataron ellos; pero no los culpes, porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.
Presente
Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo.
Presente
Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante.
Inconsciente
¡Pero no digas no puedo ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio, y te lo recordará cada vez que lo intentes!



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domingo, 17 de julio de 2011

Con una flor en la mano

Supe que nada se sabe
y no sé qué es lo que supe
si volar es irse abajo
o si cae aquel que sube
me fui más allá del hombre
casi a la altura del niño
pero no pude encontrarlo
por eso vuelvo contigo
mas no importa lo que digo
si la historia es una sola.

Hay medio mundo esperando
con una flor en la mano
y la otra mitad del mundo
por esa flor esperando.

Y por todas esas cosas
es que regreso contigo,
madre que me has enseñado
que es un circulo el camino
y sólo el que va muy lejos
puede encontrar su destino
es decir lo que está cerca
o el lugar donde ha partido
mas no importa lo que digo
si la historia es una sola.

Hay medio mundo esperando
con una flor en la mano
y la otra mitad del mundo
por esa flor esperando.
Facundo Cabral

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martes, 12 de julio de 2011

' VUELE BAJO '

No crezca mi niño,
No crezca jamás,
Los grandes al mundo,
Le hacen mucho mal.

El hombre ambiciona,
Cada día más,
Y pierde el camino,
Por querer volar.

Coro.
Vuele bajo,
Porque abajo,
Está la verdad.
Esto es algo,
Que los hombres,
No aprenden jamás

Por correr el hombre
No puede pensar,
Que ni él mismo sabe
Para donde va.

Siga siendo niño,
Y en paz dormirá,
Sin guerras,
Ni máquinas de calcular.

(Prosa)
Diógenes cada vez que pasaba por el mercado
Se reía porque decía que le causaba mucha gracia
Y a la vez le hacía muy feliz
Ver cuántas cosas había en el mercado
Que él no necesitaba.

Es decir que rico no es el que más tiene,
Sino el que menos necesita.

Es decir, el conquistador por cuidar su conquista,
Se convierte en esclavo de lo que conquistó,
Es decir, que jodiendo,
Se jodió.
más
Dios quiera que el hombre,
Pudiera volver,
A ser niño un día
Para comprender.

Que está equivocado,
Si piensa encontrar,
Con una chequera,
La felicidad.

Coro...
Facundo Cabral
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viernes, 8 de julio de 2011

Fabiana Cantilo



Dulce Condena

Cada vez que toco un poco fondo,
cada vez que el tiempo vuela,
un recuerdo (más que) pasajero,
otra ilusión que llega.
Cada corazón merece una oportunidad,
y esta perdida sóla en medio de la ciudad.
Soy el que lo piensa por los dos,
hasta que sale el sol.
Cada sensación o sentir vulgar,
una sóla cosa, un sólo lugar.
Un recuerdo más que pasajero,
será como empezar otra vez de cero.
Cada corazón merece una oportunidad.
y está perdida sóla en medio de la ciudad.
Soy el que lo piensa por los dos,
hasta que sale el sol.
NO IMPORTA EL PROBLEMA, no importa la solución.
Me quedo con lo poco que queda, entero en el corazón.
Me gustan los problemas, no existe otra explicación,
esta (si) es una DULCE CONDENA!
Cada vez que toco un poco fondo,
cada vez que el tiempo vuela,
un recuerdo (más que) pasajero.
otra ilusión que llega.
Cada corazón merece una oportunidad,
y está perdida sóla en medio de la ciudad.
soy el que piensa por los dos,
hasta que sale el sol.
No me importa el problema, no importa la solución,
me quedo con lo poco que queda, entero en el corazón.
Me gustan los problemas, no existe otra explicación.
Esta si es una DULCE CONDENA, una dulce rendición.
Cada sensación o sentir vulgar,
una sola cosa, un sólo lugar.
Un recuerdo...
Cada corazón...
NO IMPORTA EL PROBLEMA...

ANDRÉS CALAMARO

jueves, 7 de julio de 2011

Como la cigarra

Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aqui
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez,
y volví cantando.

Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás,
tantas noches pasarás
desesperando.
A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.

María Elena Walsh

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martes, 5 de julio de 2011

Shunko

Tres de la tarde. Siesta santiagueña en la que el sol, en un cielo de azul implacable, reina inmerso, desecando aún más el cielo seco de la tierra caldeada y cubierta por una ligera capa de polvo de sequía.
El viento norte trota por el campo lamiendo con su lengua ávida las hojas de los árboles, que protestan mugiendo perezosamente al ser sacudidos de su modorra.
Los quimiles erizan sus largas y delgadas espinas frente al viento desecante y esconden tras su tersa piel impenetrable, los jugos trabajosamente sacados a la tierra.
Se lastima el viento al desflecarse en la defensa agresiva del cacto; hace una mueca de dolor y luego de pasar acaricia el suelo levantando tras de sí pequeñas polvaredas como si rebotara en la tierra. Luego, allá a lo lejos a lo lejos, para salir de su aburrimiento hace un "uaira muyu", gira vertiginosamente y eleva los brazos como queriendo alcanzar el cielo lejano. Pero se cansa de este juego y trota nuevamente levantando su rastro de polo.
Lanzando gritos destemplados, un grupo de rubialas planea de árbol en árbol; levantan la cola al posarse, como si las empujaran de atrás, se pierden entre las hojas y planean otra vez, siguiendo ala caprichosa compañera que las dirige.
La majada sombrea en el montecito de chañares, verde isleta en el raso pelado de la extensa abra que se extiende hasta más allá de donde alcanza la vista, cuando se eal poniente; hacia los otros puntos cardinales se adivina, más que se ve, la del monte, límite de las aguas del inmenso bañando que es esa pampa...cuando llega la creciente del Saldo..., cuando llega.
Hacia fines de agosto los chañares. que antes de verdecer florecen, se cubren de amarillo fuerte y aparece la isleta un puñado oreo, que se destaca aún más en el suelo negro, pues en esa época se ha quemado ya el campo para apresurar el brote de los pastos.
El abra está aquí y allá salpicada de quimilies que avanzan a medida que los años pasan (y van tres) sin que llegue el agua que purifica los campos. En su diario procurarse el difícil sustento, la hacienda come los frutos maduros del quimil y siembra luego la dura semilla, ayudando a la plaga en su avance. Algunos de los cactos, en defensa pasiva contra la sequía que se prolonga demasiado, han comenzado a desembarazarse de sus prolongaciones extremas dejándolas secar, y han de reducirse, si la situación lo exige, a la mínima expresión a ras del suelo, para de allí, agazapados, surgir victoriosos cuando lleguen las lluvias.
El algarrobo aguantará la seca con todo su trapo desplegado y la bandera al tope. Cuanto más dura sea la sed, más frutos dará, para sus semillas repongan la pérdida de los que zozobraron, en el sequedal. ¡Algarrobo macho! (Fragmento del capítulo 1 del libro Shunko de Jorge W. Ábalos)


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viernes, 1 de julio de 2011

Mil grullas

Naomi Watanabe y Toshiro Ueda creían que el mundo era nuevo. Como todos los chicos. Porque ellos eran nuevos en el mundo. También, como todos los chicos. Pero el mundo era ya muy viejo entonces, en el año 1945, y otra vez estaba en guerra. Naomi y Toshiro no entendian muy bien que era lo que estaba pasando. Desde que ambos recordaban, sus pequeñas vidas en la ciudad japonesa de Hiroshima se habian desarrollado del mismo modo: en un clima de sobresaltos, entre adultos callados y tristes, compartiendo con ellos los escasos granos de arroz que flotaban en la sopa diaria y el miedo que apretaba las reuniones familiares de cada anochecer en torno a la noticias de la radio, que hablaban de luchas y muerte por todas partes.
Sin embargo, creían que el mundo era nuevo y esperaban ansiosos cada día para descubrirlo.
¡Ah... y también se estaban descubriendo uno al otro! Image
Se contemplaban de reojo durante la caminata hacia la escuela, cuando suponían que sus miradas levantaban murallas y nadie más que ellos podían transitar ese imaginario sendero de ojos a ojos.
Apenas si habían intercambiado algunas frases. El afecto de los dos no buscaba las palabras. Estaban tan acostumbrados al silencio...
Pero Naomi sabía que quería a ese muchachito delgado, que mas de una vez se quedaba sin almorzar por darle a ella la ración de batatas que había traído de su casa.
- No tengo hambre - le mentía Toshiro, cuando veía que la niña apenas si tenía dos o tres galletitas para pasar el medio día. - Te dejo mi vianda - y se iba a corretear con sus compañeros hasta la hora de regreso a las aulas, para que Naomi no tuviera vergüenza de devorar la ración.
ImageNaomi...Poblaba el corazón de Toshiro. Se le anudaba en los sueños con sus largas trenzas negras. Le hacía tener ganas de crecer de golpe para poder casarse con ella. Pero ese futuro quedaba tan lejos aún...
El futuro inmediato de aquella primavera de 1945 fue el verano, que llego puntualmente el 21 de junio y anunció las vacaciones escolares.
Y con la misma intensidad con que otras veces habían esperado sus soleadas mañanas, ese año los ensombreció a los dos: ni Naomi ni Toshiro deseaban que empezara. Su comienzo significaba que tendrían que dejar de verse durante un mes y medio inacabable.
A pesar de que sus casas no quedaban demasiado lejos una de la otra, sus familias no se conocían. Ni siquiera tenían entonces la posibilidad de encontrarse en alguna visita. Haía que esperar pacientemente la reanudación de las clases.
Acabó junio y Toshiro arrancó contento la hoja del calendario…
Se fue julio y Naomi arrancó contenta la hoja del calendario…
Y aunque no lo supieran: ¡Pro fin llegó agosto! – pensaron los dos al mismo tiempo.
Fue justamente el primero de ese mes cuando Toshiro viajó, junto con sus padres, a la aldea de Miyashima. Iban a pasar una semana. Allí vivían los abuelos, dos ceramistas que veían apilarse vasijas en todos los rincones de su local.
Ya no vendía nada. No obstante, sus manos viejas seguían modelando la arcilla con la misma dedicación de otras épocas. – Para cuendo termine la guerra… - decía el abuelo. – Todo acaba algún día… - comentaba la abuela por lo bajo. Y Toshiro sentía que la paz debía de ser algo muy hermoso, porque los ojos de su madre parecían aclararse fugazmente cada vez que se referían al final de la guerra, tanto como a él se le aclaraban los suyos cuando recordaba a Naomi.
¿Y Naomi?
El primero de agosto se despertó inquieta; acababa de soñar que caminaba sobre la nieve. Sola. Descalza. Ni casas ni árboles a su alrededor. Un desierto helado y ella atravesandolo.
Abandono el tatami, se deslizó de puntillas entre sus dormidos hermanos y abrio la ventana de la habitación. ¡Qué alivio! Una cálida madrugada le rozó las mejillas. Ella le devolvió un suspiro.
ImageEl dos y tres de agosto escribió, trabajosamente, sus primeros haikus:
Lento se apaga
El verano.
Enciendo
Lámpara y sonrisas.
Pronto
Florecerán los crisantemos.
Espera,
Corazón.
Después, achicó en rollitos ambos papeles y los guardó dentro de una cajita de laca en la que escondía sus pequeños tesoros de la curiosidad de sus hermanos.
El cuatro y cinco de agosto se los pasó ayudando a su madre a las tías. ¡Era tanta la ropa para remendar!
Sin embargo, esa tarea no le disgustaba. Naomi siempre sabía hallar el modo de convertir en un juego entretenido lo que resultaba aburridísimo para otras chicas. Cuando cosía, por ejemplo, imaginaba que cada doscientas veintidós puntadas podía sujetar un deseo para que se cumpliese.
La aguja iba y venía, laboriosa. Así, quedó en el pantalón de su hermano menor el ruego de que finalizara enseguida esa espantosa guerra, y en los puños de la camisa de su papá, el pedido de que Tohiro no la olvidara nunca…
Y los dos deseos se cumplieron.
Pero el mundo tenía sus propios planes…
Ocho de la mañana del seis de agosto en el cielo de Hiroshima.
Naomi se ajusta el obi de su kimono y recuerda a su amigo: - ¿Qué estará haciendo ahora?
“Ahora”, Toshiro pesca en la isla mientras se pregunta: - ¿Qué estará haciendo Naomi?
En el mismo momento, hombres blancos que pulsan botones y la bomba atómica surca por primera vez un cielo. El cielo de Hiroshima.
Un repentino resplandor ilumina extrañamente la ciudad.
Dos viejos trenzan bambúes por última vez.
Una docena de chicos canturrean: “Donguri Koro Koro – Donguri Ko…” por última vez.
Cientos de mujeres repiten sus gestos habituales por última vez.
Miles de hombres piensan en mañana por última vez.
Naomi sale para hacer unos mandados.
Silenciosa explota la bomba. Hierven, de repente, las aguas del río.
Y medio millón de japoneses, medio millón de seres humano, se desintegran esa mañana. Y con ellos desaparecen edificios, arboles, calles, puentes y el pasado de Hiroshima.
Ya ninguno de los sobrevivientes podra volver a reflejarse en el mismo espejo, ni abrir nuevamente la puerta de su casa, ni retomar ningún camino querido.
Nadie será ya quien era.
Hiroshima arrasada por un hongo atómico.
Hiroshima es el sol, ese seis de agosto de 1945. Un sol estallando.
Recién en diciembre logro Toshiro averiguar donde estaba Naomi. ¡Y que aún estaba viva, Dios!
ImageElla y su familia, internados en el hospital ubicado en una localidad próxima a Hiroshima. Como tantos otros cientos de miles que tambien habrían sobrevivido al horror, aunque el horror estuviera ahora instalado dentro de ellos, en su misma sangre.
Y hacia ese hospital marchó Toshiro una mañana.
El invierno se insinuaba ya en el aire y el muchacho no sabía si era el frío exterior o su pensamiento lo que le hacía tiritar.
Naomi se hallaba en una cama situada junto ala ventana. De cara al techo. Con los ojos abiertos y la mirada inmóvil. Ya no tenía sus trenzas. Apenas una tenue pelusita oscura.
Sobre su mesa de luz, unas cuantas grullas de papel desparramadas.
- Voy a morirme, Toshiro… - susurró, no bien su amigo se paró, en silencio, al lado de su cama. – Nunca llegaré a plegar las mil grullas que me hacen falta…
Mil grullas… o semba-tsuru, como se dice en japonés.
Con el corazón encogido, Toshiro conto las que se hallaban dispersas sobre la mesita. Sólo veinte. Después, las junto cuidadosamente antes de guardarlas en un bolsillo de su chaqueta.
- Te vas a curar, Naomi – le dijo entonces, pero su amiga no le oía ya: se había quedado dormida.
El muchachito salió del hospital, bebiéndose las lágrimas.
Ni la madre, ni el padre, ni los tíos de Toshiro (en cuya casa se encontraban temporariamente alojados) entendieron aquella noche el porque de la misteriosa desaparición de casi todos los papeles que, hasta ese día, había habido allí.
Hojas de diario, pedazos de papel para envolver, viejo cuadernos y hasta algunos libros parecían haberse esfumado mágicamente. Pero ya era tarde para preguntar. Todos los mayores se durmieron, sorprendidos.
En la habitación que compartía con sus primos, Toshiro velaba entre la sombras. Espero hasta que tuvo la certeza de que nadie más que el continuaba despierto. Entonces, se incorporó con sigilo y abrió el armario donde se solían acomodar las mantas.
Mordiéndose la punta de la lengua, extrajo la pila de papeles que había recolectado en secreto y volvió a su lecho.
La tijera la llevaba oculta entre sus ropas.
Y así, en el silencio y la oscuridad de aquellas horas, Toshiro recortó primero novecientos ochenta cuadraditos y luego los plegó, uno por uno, hasta completar las mil grullas que ansiaba Naomi, tras sumarles las que ella misma ya había hecho. Ya amanecía. El muchacho se encontraba pasando hilos a traves de las siluetas de papel. Separo en grupo de diez las frágiles grullas del milagro y las apresto para que imitaran el vuelo, suspendidas como estaban de un leve hilo de coser, una encima de la otra.
ImageCon los dedos paspados y el corazón temblando, Toshiro colocó las cien tiras dentro de su furoshiki y partió rumbo al hospital antes de que su familia se despertara. Por esa única vez, tomo sin pedir permiso la bicicleta de sus primos.
No había tiempo que perder. Imposible recorrer a pie, como el día anterior, los kilómetros que lo separaban del hospital. La vida de Naomi dependía de esas grullas.
- Prohibidas las visitas a esta hora – le dijo una enfermera, impidiéndole el acceso a la enorme sala en uno de cuyos extremos estaba la cama de su querida amiga.
Toshiro insistió: - Sólo quiero colgar estas grullas sobre su lecho. Por favor…
Ningún gesto denunció la emoción de la enfermera cuando el chico le mostro las avecitas de papel. Con la misma aparente impasibilidad con que momentos antes le había cerrado el paso, se hizo a un lado y le permitió que entrara: - Pero cinco minutos ¿eh?
Naomi dormía.
Tratando de no hacer el minimo ruidito, Toshiro puso una silla sobre la mesa de luz y luego se subió.
Tuvo que estirarse a mas no poder para alcanzar el cielo raso. Pero lo alcanzó. Y en un rato estaban las mil grullas pendiendo del techo; los cien hilos entrelazados, firmemente sujetos con alfileres.
Fue al bajarse de su improvisada escalera cuando advirtió que Naomi lo estaba observando. Tenía la cabecita echada a un lado y una sonrisa en los ojos.
- Son hermosas, Toshi-chan…Gracias…
- Hay un millar. Son tuyas, Naomi. Tuyas – y el muchacho abandonó la sala sin darse vuelta.
En la luminosidad del mediodía que ahora ocupaba todo el recinto, mil grullas empezaron a balancearse impulsadas por el viento que la enfermera tambien dejo colar, al entreabrir por unos instantes la ventana.
Los ojos de Naomi seguían sonriendo.
La niña murió al dia siguiente. Un angel a la intemperie frente a la impiedad de los adultos. ¿Cómo podrían mil frágiles avecitas de papel vencer el horror instalado en su sangre?
Febrero de 1976.
Toshiro Ueda cumplió cuarenta y dos años y vive en Inglaterra. Se casó, tiene tres hijos y es gerente de sucursal de un banco establecido en Londres.
Serio y poco comunicativo como es, ninguno de sus empleados se atreve a preguntarle por que, entre el aluvión de papeles con importantes informes y mensajes telegráficos que habitualmente se juntan sobre su escritorio, siempre se encuentran algunas grullas de origami dispersas al azar.
ImageGrullas seguramente hechas por él, pero en algún momento en que nadie consigue sorprenderlo.
Grullas despegando alas en las que se descubren las cifras de la máquina de calcular.
Grullas surgidas de servilletas con impresos de los mas sofisticados restaurantes…
Grullas y mas grullas.
Y los empleados comentan, divertidos, que el gerente debe creer en aquella superstición japonesa.
- algun dáa completará las mil… - cuchichean entre risas -. ¿Se animará entonces a colgarlas sobre su escritorio?
Ninguno sospecha, siquiera, la entrañable relación que esas grullas tienen con la perdida Hiroshima de su niñez. Con su perdido amor primero.  Elsa Bornemann
 
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