martes, 21 de agosto de 2012

De Los días y las noches, 1926

Vacía la casa donde tantas veces  
las palabras incendiaron los rincones.
   
La noche se anticipa  
en el plano mudo  
que nadie toca.  
   
 Voy a solas desde un recuerdo a otro  
abriendo las ventanas  
para que tu nombre pueble  
la mísera quietud de esta tarde a solas.  
   
Ya nadie inmoviliza las horas largas y cerradas 
tanto pudor de niña.  
   
Y tu recuerdo es otra casa
   
Y mis latidos forman una hilera de pisadas  
grande y quieta  
por donde yo tropiezo sola.
que van desde su puerta hacia el olvido.


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II

Ventana abierta sobre la tarde
con generosidad de mano
que no sabe su limosna.

Ventana, que has ocultado en vano
tanto pudor de niña.

Ventana que se da como un cariño
a las veredas desnudas de niños.

Luego, ventana abierta al alba
con rocío de júbilo riendo en sus cristales.

¡Cuántas veces en el sosiego
de su abrazo amplio
dijo mi pena
su verso cansado!

Norah Lange

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