las palabras incendiaron los rincones.
La noche se anticipa
en el plano mudo
que nadie toca.
Voy a solas desde un recuerdo a otro
abriendo las ventanas
para que tu nombre pueble
la mísera quietud de esta tarde a solas.
Ya nadie inmoviliza las horas largas y cerradas
tanto pudor de niña.
Y tu recuerdo es otra casa
Y mis latidos forman una hilera de pisadas
grande y quieta
por donde yo tropiezo sola.
que van desde su puerta hacia el olvido.
II
Ventana abierta sobre la tardecon generosidad de mano
que no sabe su limosna.
Ventana, que has ocultado en vano
tanto pudor de niña.
Ventana que se da como un cariño
a las veredas desnudas de niños.
Luego, ventana abierta al alba
con rocío de júbilo riendo en sus cristales.
¡Cuántas veces en el sosiego
de su abrazo amplio
dijo mi pena
su verso cansado!
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