domingo, 9 de marzo de 2014

"Soltar las riendas" fragmento cuento de Silvia Plager

Mi amiga Erlinda es feliz. 
 Cuando con las chicas jugamos a las cartas e intentamos olvidarnos de nuestros achaques y penurias, no la nombramos. 
Traer la presencia de Erlinda a esa mesa sería como negarnos el recreo de los jueves por la tarde. Nuestro grupo lo tiene todo organizado: los lunes al mediodía, ikebana; los martes a la tarde, curso de repostería; los miércoles por la mañana, gimnasia para la tercera edad; los jueves, té canasta; los viernes, tertulia literaria; los sábados por la noche, cine; los domingos, almuerzo familiar. Digo que Erlinda es feliz y no miento. 
 En estos tiempos donde cada uno disfraza como puede su tristeza, ella se da el lujo de la felicidad. Algún que otro domingo, el grupo combina ir de visita a su casa. Hacemos el sacrificio del viaje impulsadas por el cariño que le tenemos y porque necesitamos entender cómo se puede vivir en un barrio apartado de la mano de Dios sin morirse de miedo y aburrimiento. Y se lo preguntamos siempre. 
 Entonces, Erlinda sonríe y nos dice que el miedo también vive de los edificios de departamentos y que ella nunca está sola porque sus sueños se cuelan por todos los rincones y cuando abre los ojos es como si aún los tuviera cerrados.
 Que las locas ocurrencias de sus fantasmas nocturnos no respetan horarios ni disciplinas no es novedad. ………………… Silvia Plager  photo CHALL210214_zps6d1d5010.png

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