Sobre el piano, que ya jamás tocas,
un poco de tu alma de muchacha enferma:
un libro, vedado, de tiernas memorias.
Íntimas memorias. Yo lo abrí, al descuido,
y supe, sonriendo, tu pena más honda,
el dulce secreto que no diré a nadie:
a nadie interesa saber que me nombras. ...
Ven, llévate el libro, distraída llena de luz
y de ensueño. Romántica loca...
¡Dejar tus amores ahí, sobre el piano! ...
De todo te olvidas ¡cabeza de novia!.
Evaristo Carriego

No hay comentarios:
Publicar un comentario