Hojas de ruta
Seguramente hay un rumbo posiblemente y de muchas maneras personal y único.
Posiblemente haya un rumbo seguramente y de muchas maneras el mismo para todos.
Hay un rumbo seguro y de alguna manera posible.
De manera que habrá que encontrar ese rumbo y empezar a recorrerlo. Y posiblemente habrá que arrancar solo y sorprenderse al encontrarlo, más adelante en el camino, a todos los que seguramente van en la misma dirección.
Este rumbo último, solitario, personal y definitivo, sería bueno no olvidarlo, es nuestro puente hacia los demás, el único punto de conexión que nos une irremediablemente al mundo de lo que es.
Llamemos al destino final como cada uno quiera: felicidad, autorrealización, elevación, iluminación, darse cuenta, paz, éxito, cima o simplemente final ... lo mismo da. Todos sabemos que arriba con bien allí es nuestro desafío.
Habrá quienes se pierdan en el trayecto y se condene a llegar un poco más tarde, y habrá también quienes encuentren un atajo y se transformen en expertos guías para los demás.
Algunos de estos guías me han enseñado que hay muchas formas de llegar, infinitos accesos, miles de maneras, decenas de rutas que nos llevan por el mundo correcto. Caminos que transitaremos uno por uno. Sin embargo, hay algunos caminos que forman parte de todas las rutas trazadas.
Caminos que no se pueden esquivar.
Caminos que habrá que recorrer si uno pretende seguir.
Caminos donde aprenderemos lo que es imprescindible saber para acceder al último tramo.
Para mÍ, estos caminos inevitables son cuatro:
El primero, el camino de aceptación definitiva de la responsabilidad sobre la propia vida, que yo llamo
El camino de la Autodependencia.
El segundo, el camino del descubrimiento del otro, del amor y del sexo que llamo, El camino del Encuentro.
El tercero, el camino de las pérdidas y de los duelos, que llamo
El camino de las Lágrimas
El cuarto y último, el camino de la completud y de la búsqueda del sentido, que llamo El camino de la Felicidad
A lo largo de mi propio viaje ha vivido consultando apuntes que otros dejaron de sus viajes, y he usado parte de mi tiempo en trazar mis propios mapas de recorrido.Mis mapas de estos cuatro caminos se constituyeron en estos años en hojas de ruta que me ayudaron a retomar el rumbo cada vez que me perdía.
Quizás estas Hojas de ruta puedan servir a algunos de los que, como yo, suelen perder el rumbo, quizás, también, a aquellos que sean capaces de encontrar atajos. De todas maneras, el mapa nunca es el territorio y habrá que ir corrigiendo el recorrido cada vez que nuestra propia experiencia encuentre un error del cartógrafo.
Sólo así llegaremos a la cima.
Ojalá nos encontremos allí.
Querrá decir que ustedes han llegado.
Querrá decir que lo conseguí también yo ... Jorge Bucay
Seguramente hay un rumbo posiblemente y de muchas maneras personal y único.
Posiblemente haya un rumbo seguramente y de muchas maneras el mismo para todos.
Hay un rumbo seguro y de alguna manera posible.
De manera que habrá que encontrar ese rumbo y empezar a recorrerlo. Y posiblemente habrá que arrancar solo y sorprenderse al encontrarlo, más adelante en el camino, a todos los que seguramente van en la misma dirección.
Este rumbo último, solitario, personal y definitivo, sería bueno no olvidarlo, es nuestro puente hacia los demás, el único punto de conexión que nos une irremediablemente al mundo de lo que es.
Llamemos al destino final como cada uno quiera: felicidad, autorrealización, elevación, iluminación, darse cuenta, paz, éxito, cima o simplemente final ... lo mismo da. Todos sabemos que arriba con bien allí es nuestro desafío.
Habrá quienes se pierdan en el trayecto y se condene a llegar un poco más tarde, y habrá también quienes encuentren un atajo y se transformen en expertos guías para los demás.
Algunos de estos guías me han enseñado que hay muchas formas de llegar, infinitos accesos, miles de maneras, decenas de rutas que nos llevan por el mundo correcto. Caminos que transitaremos uno por uno. Sin embargo, hay algunos caminos que forman parte de todas las rutas trazadas.
Caminos que no se pueden esquivar.
Caminos que habrá que recorrer si uno pretende seguir.
Caminos donde aprenderemos lo que es imprescindible saber para acceder al último tramo.
Para mÍ, estos caminos inevitables son cuatro:
El primero, el camino de aceptación definitiva de la responsabilidad sobre la propia vida, que yo llamo
El camino de la Autodependencia.
El segundo, el camino del descubrimiento del otro, del amor y del sexo que llamo, El camino del Encuentro.
El tercero, el camino de las pérdidas y de los duelos, que llamo
El camino de las Lágrimas
El cuarto y último, el camino de la completud y de la búsqueda del sentido, que llamo El camino de la Felicidad
A lo largo de mi propio viaje ha vivido consultando apuntes que otros dejaron de sus viajes, y he usado parte de mi tiempo en trazar mis propios mapas de recorrido.Mis mapas de estos cuatro caminos se constituyeron en estos años en hojas de ruta que me ayudaron a retomar el rumbo cada vez que me perdía.
Quizás estas Hojas de ruta puedan servir a algunos de los que, como yo, suelen perder el rumbo, quizás, también, a aquellos que sean capaces de encontrar atajos. De todas maneras, el mapa nunca es el territorio y habrá que ir corrigiendo el recorrido cada vez que nuestra propia experiencia encuentre un error del cartógrafo.
Sólo así llegaremos a la cima.
Ojalá nos encontremos allí.
Querrá decir que ustedes han llegado.
Querrá decir que lo conseguí también yo ... Jorge Bucay
HOLA MI QUERIDA MARU... VEO QUE TENEMOS MÁS COSITAS EN COMÚN QUE LAS QUE YO PENSABA... NOS GUSTA FONTANAROSA, LA NEGRA SOSA, JORJE BUCAY Y VAYA A SABER CUANTAS COSITAS MÁS, ME ENCANTÓ EL TEMA MI NIÑA, FELICITACIONES, NOS ESTAMOS VISITANDO Y COMUNICANDO SIEMPRE MI QUERIDA AMIGA. BESITOS AMOROSOS PARA VOS DESDE LA PAMPA Y... ¡¡¡FELICES FIESTAS!!!
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