con caricias de Rodolfo y de Schaunard,
era la flor de París que un sueño
de novela trajo al arrabal...
Y en el loco divagar del cabaret,
al arrullo de algún tango compadrón,
alentaba una ilusión: soñaba con Des Grieux,
quería ser Manon.
Francesita, que trajiste, pizpireta,
Sentimental y coqueta la poesía del quartier,
¿quién diría que tu poema de griseta
sólo una estrofa tendría:
la silenciosa agonía de Margarita Gauthier?
Mas la fría sordidez del arrabal.
agostando la pureza de su fe,
sin hallar a su Duval,
secó su corazón lo mismo que un muguet.
Y una noche de champán y de cocó,
al arrullo funeral de un bandoneón,
pobrecita, se durmió,
lo mismo que Mimí, lo mismo que Manón.
Tango 1924
Música: Enrique Delfino Letra:
"Cátulo" José González Castillo

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