domingo, 8 de diciembre de 2013

“Promesa cumplida”, fragmento inédito de la novela Una casa de secretos de Paula Bombara

Los diarios de Odile ardían en gran fogata nocturna. 
Los rostros de las tres mujeres, Giuliana, Charlotte y Anne Marie, estaban tan cerca del fuego que sus lágrimas se evaporaban antes de llegar a la barbilla. 
El papel se consumía sin remedio. La letra perfecta de Odile, la tinta, la devoción prodigada a esos diarios, se consumían sin remedio. 
Cenizas blancas. 
Eso era todo lo que quedaría. 
 A la mañana siguiente Giuliana se levantó antes que las demás y removió las cenizas. Encontró algo. Apenas un fragmento. Lo leyó de un lado y del otro. Pensó un momento en la relación que ella tenía con su madre y luego lo guardó entre las páginas del libro que estaba leyendo. Un libro que se perdió en la oscuridad de los días.
 Esconder ese papel semi quemado fue un acto de arrojo: esa mujer que no había conocido era a quien quería parecerse. Madre me ha llamado y fui a verla. 
Mientras Francisca y Blanche aireaban su habitación y la llenaban de jofainas con lavandas y manzanillas recién cortadas, me pidió que renunciara a esta boda. S
u egoísmo me provocó una rabia sólo comparable con una tormenta. Pero fui rápida y eficaz en mi respuesta. 
¿Cómo contradecir a padre?, le contesté yo, siendo sincera en las palabras pero falsa en el tono, ¿quieres que padre pase un disgusto por mi culpa? 
Él ya ha dado su consentimiento, ¿cuánto golpearía la reputación de nuestra familia que yo me comportara como una niña consentida? 
Madre se echó a llorar sin que le importara la presencia de las criadas, nada de extrañar pues es tan altiva que trata igual a un florero y a un jardinero. En un dramático gesto que me recordó ciertas escenas de aquella mujer de novela, Cataline, escondió su rostro, me dio la espalda y con una señal de su fina mano en alto, supe que debía retirarme. 
¿Cuánto habrá intimado con Monsieur Rivet en estos tres años? 
¿Él la habrá rechazado o simplemente me desposa porque no puede unirse a madre y yo me le parezco? 
Creo que podré ir despejando estas dudas con el tiempo; las paredes escuchan y los ecos reverberan en ellas durante un tiempo; tendré que ser lo suficientemente perspicaz como para encontrar la verdad en esos murmullos fulgurantes.
 Mi pequeña casa hoy merece un cambio de colores. Pediré a Blanche un carruaje, haré unas compras. Pronto seré una mujer casada. 
 Paula Bombara
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1 comentario:

  1. Hola Maru hace tanto fiempo que no nos hablamos cariño he pasado a saludarte para estas fiestasy desearte todo lo mejor para estas fiestas y que para el año venidero se cumplan todos tus anhelos con la ayuda de Dios . un abrazo enorme desde La Pampa amiga mía.

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