“Acercándome al Brasil creo aproximarme a algo que me pertenece: a una rama de la familia hispanoamericana. Con todo yo creo que el Brasil será sólo para mí la mitad del camino: porque quizás tendré que doblar el Cabo. ¡Cuántas son mis dudas sobre mi destino! […] Deseo la primera aparición de la tierra americana con un placer vivo: veré el Brasil como vería mi propio país. ¡Y sin duda lo veré mañana!
“El 14 pasado [diciembre de 1843] desembarcamos en Río a eso de las 5 de la tarde. […] Todos hallaron amigos que los viniesen a ver: todos tenían botes para desembarcar, excepto yo, que, vestido y dispuesto, no encontraba ni siquiera bote en qué bajar: ni una oferta me fue hecha por los compañeros. Por fin se presentó un bote mercenario y lo arrendé yo solo.
Así me desembarqué en frente del Hotel Jarous; y me puse a caminar entre el torbellino de gentes que se reúnen allí: a nadie conocía.” Juan Bautista Alberdi.
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